viernes, 6 de diciembre de 2013

Procrastinación: actuar ó no actuar esa es la elección

 

¿Entras en la cocina una y otra vez y miras de reojo los platos sin fregar?
¿Te miras al espejo y te dices: "... este lunes empiezo la dieta" ? pero, ¿qué lunes? ¿de qué semana?, ¿y en qué mes?


Este comportamiento se corresponde con una actitud: "Procrastinación" que viene a decir: "dejar de hacer ó aplazar cuestiones importantes y obligatorias por otras menos relevantes ó superfluas".

Si esta actitud es puntual y ocasional no debemos preocuparnos, puede ser una ligera pereza ó  una saturación de quehaceres y obligaciones y necesitamos tomarnos un respiro. Pero si se convierte en algo habitual, cargado de indecisión  e irresponsabilidad, entonces el asunto es más serio de lo que puede parecer.

Existen diversas causas que explican esta conducta evasiva:
  • Baja autoestima que nos hace vernos incapaces e incompetentes ante determinadas cuestiones y el mundo se nos presenta difícil y exigente.
  • Miedo al fracaso en aquellas tareas poco realistas que no garantizan el éxito y que suelen ir acompañadas de un sentido muy elaborado de perfeccionismo.
  • Ansiedad ante la acumulación de trabajo y obligaciones que creemos imposible de atender, entrando en un mar de dudas de por dónde empezar y cuándo.
  • Necesidad de atención y aceptación de los demás, lo que lleva a la persona a realizar tareas para otros a cambio de amor, cariño y aceptación aunque suponga un esfuerzo fuera de sus posibilidades.
  • Saturación y desbordamiento por trabajo excesivo que no se acaba nunca debido a una falta de priorización entre lo importante y lo urgente, lo que causa frustración, ansiedad, impotencia, estrés.
¿Cómo podemos salirnos de esta rueda?
Según el psicólogo Willian Knaus, lo primero que debemos hacer es identificar el tipo de Procrastinación al que se corresponde nuestro comportamiento. Knaus considera que hay tres tipos:
  1. Procrastinación por evasión: dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy y que oculta un miedo al fracaso ante situaciones nuevas que no controlamos. Es típico de una autoestima baja y mucho perfeccionismo.
  2. Procrastinación por activación: aplazar una tarea hasta el último momento ó fecha límite. Aquí el sentimiento es una autoestima en exceso.
  3. Procrastinación por indecisión: dudar ante cuál es la mejor forma de hacer algo concreto, anulando la capacidad de decisión y postergando la tarea hasta el infinito. 
¿Con cuál de estos tipos te identificas?
La mejor forma de romper con la rutina y los hábitos poco saludables es dando el 1º paso. ACTUAR es el único mecanismo que nos libera de una actitud evasiva y postergadora ante las responsabilidades y nos salva del miedo, el estrés, la ansiedad y el sentimiento de culpa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog es un espacio abierto al diálogo y la participación, tus comentarios son muy importantes para mí, por favor participa. Muchas gracias.