viernes, 20 de diciembre de 2013
Coaching: el método que te cambia la vida
Hablar de Coaching se está convirtiendo en algo habitual de unos años para acá.
Desde que se introdujera en el mundo deportivo, más concretamente en el tenis de la mano de Timothy Gallwey hasta la actualidad, nos encontramos que el Coaching ha sido aplicado en campos muy diferentes y que coexisten. Están desde los más arraigados y difundidos como son el Coaching Personal, el Empresarial, el Ejecutivo, el Ontológico y el Life Coaching hasta los más innovadores que se adaptan a los tiempos y a los cambios culturales y educacionales como son el Coaching nutricional, el Espiritual, el Educativo y el Wingware.
Esto me hace pensar que quizás hay un Coaching por y para cada persona. Su aplicación y su desarrollo lo diseña la persona que decide vivir y experimentar un proceso de Coaching y convertirlo en su herramienta particular y personalizada para el CAMBIO.
Pero, ¿Qué es en realidad el Coaching?
Esta pregunta siempre me la hace un amigo al que quiero mucho y al que le resulta incómodo no tener una definición "única" que pueda encontrar en el Diccionario de la Real Academia Española. Y lo cierto es que la RAE no lo incluye en su larga lista de conceptos, teniendo que buscarlo en entidades relacionadas con esta actividad como es el Instituto Europeo del Coaching, la Asociación Española del Coaching, portales, blogs y libros que tratan de este tema.
La mayoría coinciden en ciertos términos para su definición como: "Método", "Proceso", "Herramienta", "Técnica".
Yo lo definiría utilizando una imagen, la de un CAMINO que empieza AQUÍ Y AHORA y continúa hasta llegar a una META de vital importancia para la persona. Lo suficientemente motivadora y atractiva como para superar cada piedra, desvío ó atasco que pueda encontrarse durante su recorrido.
La facilidad ó complejidad con que resuelva esos obstáculos dependerá de las capacidades y habilidades propias que esa persona sea capaz de descubrir en sí misma y de darles salida, las potencie y las fortalezca, para convertirse ella misma en su mejor herramienta y recurso. En definitiva, en ser su mejor ayuda, amiga, cómplice y aliada.
El Coach que es el profesional y que también participa en este proceso, cumple el papel de observador activo, que apoya, anima, realza las virtudes de su cliente y a la vez, provoca y estimula creando la duda permanente y cuestionable sobre los esquemas y estructuras mentales que el Coachee (cliente) utiliza para construir su realidad, su mundo dentro del mundo común y externo donde estamos todos.
Que se cuestione su comportamiento, la forma que tiene de actuar frente a situaciones comunes y cotidianas.
Una misma situación es vivida de forma diferente por cada persona. Estamos condicionados por nuestra subjetividad, por un conjunto de creencias y construcciones mentales que nos hacen tomar decisiones hacia una dirección ó hacia otra, lo que determinará que nuestra experiencia sea vivida con dificultad, como algo nocivo y limitadora ó al contrario, que desarrollemos la flexibilidad, la adaptación a las circunstancias, disfrutemos del camino, aprovechemos los recursos que se nos presentan, ampliemos los límites y nos conozcamos cada vez más.
El Coaching tiene el sinónimo de CAMBIO, de oportunidad para diseñar la vida tal y como nos merecemos.
Es la ayuda para vivir con plena satisfacción.
¿Qué puede hacer el Coaching por ti?
A través de preguntas que el Coach formula a su Coachee (cliente) se hace visible la realidad que éste construye, la vida que tiene y cómo lo hace. Esto le permite tomarse un momento para reflexionar, meditar y ser consciente de su comportamiento, actitud y predisposición ante las situaciones y los avatares de la vida.
Poco a poco, sesión a sesión, entre ambos sacarán a la luz los recursos, habilidades, cualidades, virtudes y características que hacen de esta persona ÚNICA frente a los demás, lo que la diferencia del resto.
Este descubrimiento provee de herramientas que tienen como ventaja que al ser propias, la persona puede disponer de ellas en cualquier momento, una vez que las ha reconocido y aprendido a utilizarlas.
Paralelamente, se define un OBJETIVO, se le da forma concreta, realista, que pueda ser alcanzable paso a paso, asequible, atractivo, útil, estimulante y motivador. Nos mueve la MOTIVACIÓN.
Definido el Objetivo y con las herramientas en la mano, podemos ir construyendo el puente sólido y permanente que nos salvará de corrientes y aguas turbulentas para al final llegar a la otra orilla.
Durante la travesía, el proceso de transformación interior habrá tenido lugar en cada etapa, como en una carrera de fondo donde lo importante es seguir avanzando y casi sin darnos cuenta.
Es un CAMBIO sutil que se instala en nuestra mente y nos abre los ojos a otra dimensión. La percepción sensorial se desarrolla. Vemos más allá de la 1ª fila y somos capaces de ver todo el patio de butacas con una sola mirada, escuchar a los demás - y no digo oír - y sobretodo, aprendemos a mantener un diálogo interno con nosotros, con nuestros pensamientos que nacen de sensaciones que luego se convierten en nuestros sentimientos y emociones.
Los esquemas mentales que hemos utilizado hasta ahora, ya no nos valen, no son útiles.
Es el momento para fluir.
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