Según un estudio realizado a más de 300.000 test de pensamiento creativo de Torrance, la creatividad ha descendido notablemente en los últimos veinte años a diferencia del test de inteligencia que demuestra que vamos en aumento en cada generación.
A todo esto habría que sumarle el poco tiempo que los niños dedican a jugar al aire libre, el exceso de actividades extra-escolares, el uso abusivo de ordenadores y demás tecnologías y un modelo social donde:
Acierto = Éxito / Error = Fracaso que no permite una respuesta alternativa a estos dos parámetros.
Sin embargo, el ser humano nace con un potencial creativo que va perdiendo conforme crece y se va incorporando al sistema educativo establecido y a las normas sociales intolerantes con los errores y las equivocaciones.
Una manera de fomentar el pensamiento divergente ó creatividad en los niños es enseñándoles asignaturas artísticas que le permitan expresar y desarrollar su imaginación, espontaneidad y creatividad.
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